Poema extraído de un sueño recurrente
Acuarela por autor

Un manto negro 
cubre el firmamento.
Arropado 
entre densas sombras 
el tiempo se detiene 
y el alma se espanta. 
La luna, 
pálida como un fantasma, 
huye cobijada tras el viento 
que susurra 
un lamento eterno. 
Las estrellas, 
con su fría indiferencia, 
miran de reojo 
al mortal que vaga 
en la noche oscura. 
Un cuervo grazna 
ante el vacío inmenso 
que se precipita en sus ojos 
anunciando 
el fin de la aventura 
en esta eterna noche 
de infinita pasión. 
Un último suspiro 
tan tenue 
como un susurro. 
Rumor 
de voz quebrada, 
mi destino, 
mi descanso;
la muerte 
a un mundo desconocido.