Peregrino tus zapatos

Deja los zapatos fuera.


Anoche soñé contigo,


traías barro en las suelas


y un ángel negro tras de ti.


Allí afuera, suspendido


por el hilo invisible


de un suspiro,


solo lucía un Sol tan frío


que no hacía bien a nadie


y una sombra


tan vacía y enjuta


que jugaba al escondite


sin necesidad de esconderse.


Deja los zapatos fuera


que es lo único que me dice


que has venido a verme.


Ya no sé si vivimos


entre harapos del mismo signo


o revueltos entre remiendos


de vidas raídas.


Y si, por casualidad,


tienes que volver a marcharte,


no olvides recoger tus zapatos.


El mundo de la memoria


puede ser muy superficial.


Idas,


venidas,


encuentros


y desencuentros.


Mucho camino


para unas suelas


tan desgastadas.


Deja los zapatos fuera


         ...con todas las historias pasadas.