Descubrí la poesía a corta edad y desde entonces vengo coqueteando con versos hasta el punto de poder decir que soy un adicto a la poesía. Me considero “versoadicto” con premeditación y alevosía.
Desde mi infancia ya sabía que sería poeta aunque nunca escribía poesía. No recuerdo mi primer poema escrito, lo perdí como tantos otros, lo que sí recuerdo es que estaba dedicado a un pajarillo que murió en mis manos.
Así empezó todo.
En mi cabeza fluían miles de versos e ideas y mi corazón se negaba a escribir.
He perdido más poemas de los que jamás podré volver a escribir en el tiempo que me queda.